La enseñanza de la ciencia y las concepciones alternativas de los alumnos



Por: Daniel Loayza Herrera[*]


Es evidente que los alumnos muestran en general una gran dificultad para comprender los conceptos científicos. La mayoría de ellos, incluso los que alcanzan un nivel destacado de habilidad para resolver los problemas planteados, tienen muy escaso nivel de comprensión con respecto a los conceptos que se manejan en la ciencia. Muchas veces su comprensión no va más allá de lo simplemente operativo, confundiendo lo que se entiende de manera cotidiana con lo que la ciencia sostiene al respecto. A esta forma de comprender los fenómenos obtenidos por medios no científicos se les suele llamar concepciones alternativas.

Esto ocurre por que la ciencia en esencia es una construcción cultural a la cual no se peuede acceder con la vivencia cotidiana El conocimiento científico requiere una educación formal, de un proceso de construcción de estructuras mentales y de un progresivo desarrollo de la capacidad para trabajar a nivel del conocimiento formal.

Este nivel no se alcanza de manera sencilla, y en muchos casos los maestros encuentran enormes problemas para poder propiciar en sus alumnos procesos que ellos tampoco han experimentado. En la formación de los maestros no se propicia que ellos desarrollen capacidades necesarias para la actividad científica. Los maestros no cuentan con un bagaje metacognitivo que les permita establecer estrategias para propiciar estructuras cognitivas propicias al pensamiento científico en sus alumnos. Los maestros también son presa de la forma tradicional de ver la ciencia, lo más lógico es que eso le ofrezcan a sus alumnos.

Gran parte de los fenómenos que han sido objeto de estudio científico han sido también objeto de interpretaciones no-científicas. Esto se ha producido por que el hombre, de manera cotidiana, busca establecer conexiones entre los hechos y acontecimientos de la vida con el fin de poder manejarse en el mundo, de no fracasar en sus actividades.

Esta forma no científica de ver la realidad es un producto cultural muy anterior al origen de la ciencia, se construye a través del lenguaje y a nivel individual se remonta a las primeras relaciones del individuo con su medio. Constituye el aprendizaje tradicional del cual parte un individuo para ordenar el mundo y verse en el. Se caracteriza por tener una gran coherencia interna y una enorme capacidad para ser persistir a través del tiempo. La capacidad para persistir se encuentra en el hecho que le permiten al individuo solucionar problemas concretos. Mientras los individuos pueden comunicarle a otros, con relativa claridad, su forma de entender el mundo y solucionar problemas concretos partiendo de las conceptos tradicionales, entonces la idea persiste.

Es corriente el hecho de que un estudiante que ha tenido acceso a cierto nivel de información científica pueda integrar este nuevo conocimiento sin abandonar su visión tradicional de las cosas, produciéndose la coexistencia de dos o más formas contradictorias de ver las cosas. Un ejemplo de ello lo ofrece el caso de estudiantes que aceptan la evolución humana y conocen con bastante claridad lo que la ciencia dice sobre esto, respondiendo satisfactoriamente los exámenes; sin embargo, en otros espacios siguen considerando que Dios creo al hombre a su imagen y semejanza tal como es hoy, y por lo tanto no ha evolucionado.

Es posible, igualmente, encontrar las mismas palabras para referirse a fenómenos que son entendidos de una manera diferente a nivel consuetudinario y científico. Tal puede ser el caso de espacio, tiempo, calor, equilibrio, etc. Esto plantea variados problemas desde el punto educativo.

¿Cómo lograr que los alumnos comprendan los conceptos científicos?

Sería conveniente aceptar que no es posible que los alumnos adopten los conocimientos científicos para reemplazarlos totalmente por las formas tradicionales de ver el mundo. Más bien creemos que los conceptos científicos deben enseñarse dentro de un proceso tendiente a la construcción de mínimas estructuras mentales apropiadas al conocimiento científico. Pero reconociendo el hecho de que aún una persona con formación científica puede enfrentar los otros ámbitos de su vida con supersticiones y con un conocimiento no científico, nacido del ámbito de la cultura de la cual proviene. Nadie es científico a tiempo completo.

Debemos partir de la aceptación de que las llamadas concepciones alternativas de los alumnos siempre se van a producir, que son parte de la cultura y que la ciencia no puede castrar, pues esta pretensión podría llevar a una peligrosa intolerancia cultural.



[*] Historiador y educador

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