LO PSÍQUICO: EL NUEVO ESPACIO DE LA DOMINACIÓN
Las formas de dominación han transmutado. Ahora las organizaciones ya no recurren al encierro. No es necesario controlar los cuerpos. Los individuos ya no luchan contra la explotación sino para poder ser explotados. Los que tienen trabajo deben luchan y esforzarse cada día para permanecer en sus trabajos y los que no lo tienen aunque sea para conseguirlo. La sensación de inseguridad campea por todas partes. Nada es seguro. Debemos esforzarnos cada día más para, al menos, asegurar nuestra supervivencia biológica.
El compromiso laboral, el generar cada vez un mayor valor-agregado, el aportar más que los otros a cambio de lo mismo, aprender a decir siempre “si” es la única alternativa para sobrevivir en las actuales circunstancias.
Esto nos impone el castrar toda manifestación de disidencia, de pensamiento cuestionador o crítico. Si somos nosotros y no la empresa ni el mercado los que desean nuestra permanencia, toda resistencia a dejarnos explotar indicará que el individuo no está satisfecho. La respuesta será: “las puertas están abiertas, puedes irte”.
“El mundo es tuyo, pero tienes que ganártelo” retumba en todas las mentes, producto de la masiva campaña ideológica. El sistema persigue la eficiencia, la competitidad. Si no te adaptas a él, desapareces. La responsabilidad del éxito reposa ahora en el plano puramente individual, no en las relaciones sociales. No hay que transformar a la sociedad, sino a uno mismo. Hay que convertirse en un “líder de excelencia”.
¿Cómo lograr esto? Sólo haciendo un esfuerzo consciente y consistente por alcanzar el éxito, auto-transformándose permanentemente hacia “la mejora”. El sistema nos exige, desde los medios de comunicación, las publicaciones masivas y las capacitaciones organizacionales, convencernos de la verdad de éste discurso. Lo que se hace es la expresión de lo que se piensa. Debemos controlar nuestros pensamientos. Este pensamiento de excelencia se hará evidente trabajando horas extras sin exigir pago alguno, participando en el baile anual del supermercado, en síntesis, mostrando que el tiempo dedicado a la familia es menos importante que el dedicado al trabajo.
La dominación de un sistema que promete el éxito a todos, en sí mismo un objetivo inalcanzable debido a las disparidades sociales y de oportunidades que el mismo sistema genera; se instala en la dimensión de lo psíquico. Este espacio de la dominación impide no sólo la aparición y desarrollo del pensamiento crítico sino además de la imaginación social. Por un lado, la sociedad es vista cómo justa, se impone el darwinismo social, al considerar que sólo los más capaces logran el ansiado “éxito”, vale decir los que lo merecen. Por otro lado, naturaliza las relaciones sociales, evitando mostrarse cómo un producto social e histórico que puede ser transformado, sobre el cual puede construirse una sociedad alternativa.
Esta situación produce una permanente frustración en quienes, cómo es natural no alcanzan el ansiado “éxito”. El sistema para poder prolongar la dominación y evitar la disidencia nos exhibe permanentemente los “casos de éxito”, mujeres y hombres como nosotros que hoy tienen dinero y dicen sentirse realizados. Estos son los escasos ejemplos de aquellos a los cuales el sistema les permitió la ansiada movilidad social y que ahora son usados para legitimarse a sí mismo. Esta esperanza en que podemos alcanzar lo que ese otro, presentado en la televisión, logro nos dará fuerza para espantar el fantasma del fracaso y renovará nuestro convencimiento de que el sistema funciona bien y que todo dependerá de nuestra constancia y lucha por alcanzar el “éxito”.
Comentarios
ALBERTO RIVERA
betorh58@hotmail.com
Ante todo enviarte un caluroso saludo. Me alegra recibir tu comentario
sobre "Lo psíquico: el nuevo espacio de la dominación", además de
considerarlo como "una aguda lectura de lo que el sistema actual
despliega en nuestra conciencia". Te envío una respuesta provisional a
tu observación con respecto a la posibilidad de que yo haya "caído en
la modorra y ya no cuaestione o tenga miedo a cuestionar". Tiene este
carácter puesto que la auténtica respuesta deberá desprenderse
necasariamente de un texto que analice con mayor detalle y profundidad
estos temas.
-En primer lugar, considero que el sistema al haberse instalado tan
poderosamente en lo psíquico se ha hecho parcialmente impermeable a
las críticas tradicionales del marxismo, por ello no arribo tan
facilmente a plantear una solución en éste sentido.
- "Lo psiquico: el nuevo espacio de la dominación" guarda un gran
nivel de concordancia con el individuo y la masa, pero también con el
trabajo que he publicado en mi blogg sobre el valor de uso, en el cual
no sólo hago una crítica al enfoque de la economía marxista ( No se
interprete crítica como oposición) y sostengo que es necesario
refundar la crítica hacia la economía moderna, pero ya no sobre la
base del análisis del valor de cambio, que llevó a Marx a la idea de
la plusvalía, sino cómo valor de uso, cómo signo y poder simbólico,
que explica el consumismo, auténtico sostén de la dinámica del
capitalismo contemporáneo. Es la refundación de la crítica de la
economía la que puede proveer de nuevas armas ideológicas para
enfrentarse al poder del sistema en lo psíquico.
Otra vez, y cómo lo hiciera Marx hace siglo y medio es necesario
reemprender una crítica a la economía desde sus bases epistemológicas
que levará a la destrucción incluso de los paradigmas políticos
liberales, como es el caso de la llamada "elección racional", ustento
ideológico del liberalismo contemporáneo.
En todo caso, estimado amigo no le niego razón a tu reclamo redactado
cómo pregunta. Quiero críticar el sistema, pero de forma demoledora y
llegando hasta la razón instituyente, como lo diría Castoriadis y no
arribando a la frase trillada en la cual pocos creen. Estoy convencido
que estamos en esa misma intención intelectual y crítica.
Un abrazo, hasta pronto ( Sería bueno organizar algo en Villarreal)
Daniel Loayza Herrera